Las fiestas del carnaval son una antigua celebración documentada al menos desde la Edad Media, y con una rica personalidad propia a partir del Renacimiento que ha quedado recogida en la literatura y otras artes…
Promovida principalmente por los quintos del año, las carreras o corridas de gallos, ha sido diversión popular del carnaval al menos desde el siglo XVI…
La escuela, como transmisora de cultura y valores de los pueblos, no puede dejar a un lado la tradición de esta muestra de patrimonio inmaterial e material de nuestro pueblo…
Las fiestas del carnaval son una antigua celebración documentada al menos desde la Edad Media, y con una rica personalidad propia a partir del Renacimiento que ha quedado recogida en la literatura y otras artes. En todos los países del mundo, supone una suma de diferentes fiestas paganas asociadas a las celebraciones cristianas, en este caso la Cuaresma.
Pese a que las primeras referencias escritas del origen del carnaval zorrero datan de finales del siglo XIX, su desarrollo se ha ido transmitiendo de generación en generación hasta grabarse en el sentir de los zorreros.
En el Archivo Histórico de Esparragosa de la Serena, ha quedado constancia de expedientes sobre altercados que ocurrían en la localidad durante estos días de celebración. Por ello, al despuntar el nuevo siglo, en 1916, la alcaldía se ve obligada a elevar bandos con recomendaciones y normativas a seguir durante los días del Carnaval.
Pero la fiesta se siguió celebrando con el sabor popular que la caracteriza bien entrado el siglo XX.
Durante la Guerra Civil, desde 1937, casi desaparece la celebración por imposiciones gubernamentales, que imponían la suspensión de la fiesta. La localidad se hallaba junto al resto de municipios de la comarca de La Serena en la conocida como Bolsa de la Serena, perteneciente hasta julio de 1938 a la zona republicana, por lo que no se tenían en cuenta estas órdenes, y por ello, el carnaval se siguió celebrando.
Al concluir la contienda, en 1939, el Ministerio de la Gobernación mantenía la prohibición absoluta de las fiestas del Carnaval, prohibición que duró hasta 1975 con el término de la dictadura del General Franco.
Con estas normas y disposiciones, el Carnaval aminoró su actividad. Pero el elemento esencial, las carreras de gallos que organizaban los mozos y quintos de la población, velaba o camuflaba esta celebración. Sirviendo como excusa ese rito de paso a edad adulta, se enmascaraba la celebración de una fiesta con una profunda tradición amparada por los años y por la memoria colectiva de un pueblo.
Pero a partir de 1951 se rebajó la rigidez de los años cuarenta. El Gobierno Civil permitió la celebración de bailes de sociedad en círculos o asociaciones recreativas, en El Casino, donde se celebraban la noche del domingo, lunes y martes de carnaval. Junto con el Ayuntamiento y siempre con el visto bueno del párroco, se anunciaba que estos bailes eran “estrictamente observadas las vigentes disposiciones en vigor para esta clase de fiestas, por lo que se prohíbe de manera terminante el uso de antifaz o cualquier otro medio, incluso maquillaje, que tienda a ocultar o desfigurar el rostro…”.
Con la muerte del General Franco en 1975, la prohibición de suprimir los carnavales desapareció, volviendo a utilizarse de nuevo la palabra Carnaval en muchas localidades españolas a partir de 1976, cosa que no ocurrió en Esparragosa de la Serena, que ya lo hacía desde tiempo inmemorial.
Si el carnaval se sigue celebrando hoy en día es debido, sin duda, a que esta tradición se encuentra firmemente arraigada en la cultura popular, y forma parte del sentir de todos los vecinos de Esparragosa de la Serena, que lo tienen asumido como una herencia del pasado que deben perpetuar a las generaciones venideras.